Es una sintonización con el alma de quien da y de quien recibe información. Todos pertenecemos a un campo, energético, familiar, ancestral y arcaico de tantas vidas… para los que no dudan de la reencarnación. Recibir un registro, no es adivinar, no es predecir, no es la suerte.

La canalización, requiere de un silencio compartido, estar disponible a entrar en lo más profundo del alma. sin resistencias. Quienes lo damos, solo somos instrumentos, un grano de arena en la inmensidad del conocimiento divino.

Iniciarse en el proceso evolutivo a través de un registro, abre las puertas a otros entendimientos, a la más pura verdad de nosotros mismos, siempre para sumar. Todo lo que necesitas confirmar, hablar, quitar velos, los guías espirituales lo saben, y te hablarán de vos mismo, no en términos generales. Aliviana el karma, acercándonos al dharma.